La violencia machista es un fenómeno global que afecta a todas las mujeres, independientemente de su edad, clase social, origen racial o étnico, etc. Sin embargo, los efectos no son los mismos para todas ellas. La perspectiva interseccional muestra cómo las mujeres están atravesadas por varios ejes de opresión por lo que su vivencia de violencia machista adopta ciertas particularidades que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar respuestas adecuadas para su erradicación. Actualmente, en Cataluña, el asentamiento de colectivos migrados de geografías diversas ha comportado la emergencia y visibilización de formas específicas de violencia machista que adquieren una especial relevancia en el ámbito social y comunitario. La trata de seres humanos con fines de explotación sexual, la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados o el acoso sexual o por razón de sexo en el entorno laboral son ejemplos paradigmáticos.

Ante esta realidad, este proyecto pretende comprender cómo se manifiestan y enfrentan estas violencias, poniendo la mirada en el uso de recursos y servicios públicos de atención a las víctimas de violencias machistas. Si bien hay más estudios que se han centrado en el abordaje de las violencias en el ámbito de la pareja, existen menos datos alrededor de los circuitos y recursos públicos para atender a las mujeres que han sufrido violencias comunitarias. Con tal de llenar este vacío de conocimiento, el VIOMIG hace una investigación cualitativa de una duración de un año que culminará con la elaboración de un informe final y recomendaciones de mejora para una mayor adecuación de los servicios genéricos a un público diverso.